Existen muchos perros que se comerían cualquier objeto comestible o masticable que les dejes en frente y pueden devorarse un plato de comida en un santiamén. Sin embargo, el estómago de nuestros amigos caninos es más delicado de lo que parece, haciendo la tarea de cambiar el pienso de tu perro un poco complicada. Se debe a que, si lo haces de manera precipitada, podrías terminar causándole malestar y molestias con las que tendrías que lidiar por un buen rato.
Por otro lado, también está la situación en la que cambiar el pienso de tu perro es complicado debido a una razón completamente diferente: a tu mascota no le gusta la nueva comida. Sí, también es común encontrarnos con este tipo de perros. Y puede ser especialmente molesto, ya que es posible que tu perro esté acostumbrado a un pienso que no es bueno para su salud y no le brinda los nutrientes adecuados. Te contamos lo que puedes hacer en ambas situaciones.
¿De verdad es necesario cambiar el pienso de tu perro?
Teniendo en cuenta el complicado proceso que es cambiar el pienso de tu perro, seguramente te estés preguntando si es totalmente necesario. Después de todo, se trata de un alimento diseñado para perros y seguramente le ofrece una dieta balanceada. Sin embargo, existen muchas situaciones en las que un cambio es necesario y no se aconseja evitarlo.
Algunas de las razones pueden ser por enfermedad o patología, cambio de su etapa de vida o edad; una forma de control para bajar o subir de peso o mejorar la calidad de su alimento. Lo más probable es que bajo estas condiciones tu veterinario te haya recomendado cambiar el pienso de tu perro; te recomendamos no saltarte su consejo si quieres que tu mascota tenga una vida saludable.
Por otro lado, también pueden existir otro tipo de situaciones que no tienen que ver con la salud que te obliguen a cambiar el pienso de tu perro. Una de ellas es que, aunque no es tan común, tu mascota se haya aburrido de su alimento anterior. Cualquiera que sea la razón por la que tengas que hacer este proceso, debes saber que siempre que uses un mejor pienso, los efectos serán positivos.
Cómo hacer el cambio
Lo primero que debes saber es que, al cambiar el pienso de tu perro, la transición siempre debe ser gradual y nunca de manera brusca. La buena noticia es que en casi todos los casos la aceptación del nuevo alimento es positiva por parte de tu mascota. Sin embargo, siempre debes tener cuidado para no dañar su estómago y causar vomito, dolores o pérdida de apetito. El proceso puede completarse en aproximadamente una semana o menos.
Ten en cuenta que, si no se siguen estos pasos de manera cuidadosa, podría surgir el rechazo a al nuevo alimento. Se recomienda que en los primeros dos días se haga una mezcla de un cuarto o el 25% del nuevo pienso con el anterior. Luego, durante el tercer y cuarto día, pasar a servir una porción entera con la mitad del uno y del otro. Para el quinto y sexto día tu mascota ya debería estar comiendo un 75% del nuevo pienso combinado con el 25% del anterior.
Para el día 7 puedes empezar a darle únicamente el nuevo alimento y es aquí cuando se termina el proceso de cambiar el pienso de tu perro. Este cambio gradual asegura que el sistema digestivo de tu mascota no se estrese y además no surja un rechazo inmediato a la nueva comida. Esto es crucial, sobre todo si tu mascota había estado viviendo de comida para humanos o está cambiando de etapa de vida.
¿Qué hacer si tu mascota tiene heces blandas y vomito?
Incluso con todo esto, es posible que cambiar el pienso de tu perro igualmente termine estresando su sistema digestivo y ocasionando reacciones adversas. En estos casos, lo mejor es esperar a que su estómago se asiente completamente a la nueva comida. Por otro lado, si los síntomas persisten, deberás acudir con el veterinario o buscar una nueva alternativa para su alimentación.