La epilepsia, una enfermedad conocida en humanos, también puede afectar a nuestras mascotas; principalmente a los perros. Se trata de un desorden neurológico que ocasiona que los perros tengan convulsiones. En muchos de los casos, no existe una causa clara de por qué sucede y aunque no es fatal, es dolorosa y puede causar daños en el sistema de nuestros perritos. No tiene cura, pero la epilepsia canina puede tratarse y uno de los métodos es a través de la dieta.
Se ha demostrado que la dieta tiene un gran efecto sobre la frecuencia y severidad de los ataques de epilepsia canina. Es por ello que muchos perros con esta enfermedad llevan una alimentación específica. En este artículo te explicaremos cómo se relacionan ambos aspectos. Asimismo, te daremos algunos consejos para que puedas empezar a cambiar la dieta de tu perro si este sufre de ataques de epilepsia canina.
¿Por qué es importante una buena dieta en perros con epilepsia canina?
En la actualidad se han identificado dos tipos de epilepsia canina. La primera es el Status Epilepticus, que consiste en un ataque de convulsiones tras otros, extendiéndolo por horas. Después está la epilepsia Idiopática. Se trata del tipo más común, pero del que se desconoce la causa exacta. Solo se sabe que es hereditario.
Mientras que las causas son difíciles de determinar, sí se sabe que existen ciertas condiciones que pueden provocar convulsiones en perros. Entre ellas destacan las enfermedades hepáticas, endogamia, fallas renales, vacunación, nivel de azúcar en la sangre y la intoxicación. Como podrás imaginar, algunos de estos factores se pueden controlar a través de la dieta, como las toxinas y el nivel de azúcar.
Es debido a ello que llevar una dieta adecuada es importante en perros que sufren de epilepsia canina. Esto asegura que su sistema se encuentra óptimo para prevenir los ataques. Además, se elimina el riesgo de que ocurra un ataque debido a desbalance en su nutrición o por daños que una comida pueda estar causando en su organismo.
Por otro lado, estudios han demostrado que la glucosa juega un papel crucial en la epilepsia. Se debe a que esta es la encargada de proporcionar energía para que el cerebro y las actividades neuronales funcionen de manera adecuada. Por lo tanto, hay un bajo nivel de glucosa, esto puede afectar y provocar las convulsiones. Cabe recalcar que la glucosa y sus niveles se pueden obtener a través de la dieta.
¿En qué consiste la dieta para un perro con epilepsia canina?
Así como sucede para las razas, tamaño del perro y etapa de vida; la dieta adecuada para enfrentar la epilepsia canina dependerá de varios factores. Sin embargo, también existen algunos parámetros generales que se pueden seguir. Eso sí, siempre asegúrate de consultar con un veterinario antes de hacer un cambio significativo a la dieta de tu perro
Asimismo, si los ataques epilépticos duran más de 5 minutos o son muy severos, también debes contactar con un profesional. Se trata de evitar daños graves y permanentes a la salud de tu pequeño amigo peludo.
Una dieta cruda es la ideal
Los perros con epilepsia canina se benefician mejor de una dieta cruda. Se debe a que estas no tienen ningún tipo de toxina, como puede ocurrir con las comidas procesadas. Además, también evitan el riesgo de mutación genética que puede surgir a largo plazo cuando se consumen comidas de mala calidad o con muchos químicos.
Dieta cetogénica
Si a tu perro no le cae bien la dieta cruda o no observas mejores, también puedes optar por probar la dieta cetogénica. Esta consiste en proporcionar alimentos elevados en grasa, niveles moderados de proteína y bajo en carbohidratos. Esta proporciona una opción alternativa de energía a tu perro. Esto quiere decir que cuando ocurra un desbalance en la glucosa, contará con una segunda fuente de energía que evitará las convulsiones.
Otros aspectos a considerar
Mientras que las dos anteriores son las dos dietas principales que puedes probar, también existen cambios que puedes hacer sin necesidad de cambiar todo el menú de tu perro. Por ejemplo, un consejo útil sería evitar los carbohidratos de alto índice glucémico como los cereales o la patata. Es mejor optar por verduras de hoja verde como el brócoli, judías verdes, zanahoria y fresas.
Asimismo, una dieta estrictamente libre de gluten. Si debes incluir algún arroz o cereal, asegúrate de adquirir una presentación que no tiene gluten. Y, por último, agregar comidas ricas en ácidos grasos Omega 3.