Cuando nos referimos a afecciones caninas, a menudo nos sorprendemos con nuestra ignorancia. Al fin y al cabo, ¿Qué sabemos acerca de enfermedades de una mascota que aún no ha tenido ninguna? Pues bien, la displasia en perros es una de esas enfermedades que, a menudo, no se conoce y que se confunde con una simple fractura. ¿Cuántas veces habrás visto a perros con arneses o sillas de ruedas y caninas y has creído que era a causa de una caída?
Lo cierto es que la displasia en perros es una afección degenerativa en la que se va perdiendo la movilidad de las extremidades – normalmente de las inferiores – acompañada de un dolor incapacitante que va aumentando progresivamente. Esta patología es más común en unas razas que otras, depende en gran medida de la alimentación canina y la detección precoz de esta patología se debe llevar a cabo cuando es cachorro para poder prevenir el progreso de la enfermedad.
¿En qué consiste la displasia en perros?
Al igual que les sucede a los seres humanos, los canes pueden sufrir la tan temida displasia de cadera que tiene luegar cuando esta no encaja correctamente en el sistema articulatorio. Por así decirlo, la articulación de la cadera “está suelta” con lo cual te puedes hacer una idea del dolor que puede sentir el perro. El problema es que no se queda en el primer estadio sino que va evolucionando, desgastando el cartílago encargado de unir la articulación. La displasia en perros suele conducira la osteoartritis.
Esta consecuencia que es la osteoartritis afecta a los perros Senior – mayores de 7 años – que han padecidod de displasia y que no han recibido el tratamiento adecuado durante el resto de las etapas del desarrollo. El resultado puede ser una incapacitación total de las extremidades inferiores y, en el peor de los casos, de las extremidades superiores también.
Los síntomas de la displasia en perros abarcan una combinación de señales que debemos tener en cuenta que son la falta de actividad deliberada por parte de nuestra mascota, tristeza, no poder mantener la estabilidad, espalda curvada, dificultad para levantarde, mayor masa muscular en los músculos delanteros, apatía, dolor, no querer subir o bajarlas escaleras rigidez en la parte trasera.
¿Qué razas de perros son más propensas a padecerla?
Los perros suelen empezar a tener síntomas de esta enfermedad mientras son cachorros pero se debe mantener la alerta hasta los 2 años de edad ya que es común que la displasia permanezca latente y se manifieste, incluso, cuando el perro ya ha pasado la frontera de los 3 años. Para poder descartar esta afección es fundamental la realización de radiografías periódicas con las que se desmentirá o corroborará la presencia de alguna malformación ósea.
Las razas de perros más propensas a sufrir displasia son los perros labradores, los Golden Retriever, los bulldog ingleses y franceses, los rottweiler, los mastines napolitanos y espñaoles así como los pastores alemanes, los husky siberianos, los San Bernardo y los lebrel italianos. Debemos tener en cuenta que la displasia aparece por multitud de factores tanto ambientales como biológicos por lo que, en cierta medida, podemos prevenir su aparición pero, por otro lado, puede surgir incluso habiendo cumplido nuestra parte de cuidados.
Las causas ambientales que sí que podemos modificar para prevenir la displasia en perros son todos los aspectos relacionados con la actividad física (a mayor sedentarismo, mayor ganancia de peso y más posibilidad de sufrir displasia) y alimentación (se deben añadir calcio, condroitina y glucosamina, que son todos ellos componentes que ayudan a fortalecer el sistema osteoarticular). La displasia no tiene cura sino que es una enfermedad degenerativa. Sin embargo, la detección precoz puede mejorar enormemente la calidad de vida de nuestra mascota.