No solo los humanos, también nuestras mascotas pueden padecer diabetes, esa enfermedad que hace que la producción de insulina sea insuficiente para metabolizar la glucosa. Y las consecuencias pueden ser igualmente serias, por eso, tener un perro diabético es una gran responsabilidad y exige prestar atención a sus cuidados.
¿Cómo puedo saber si mi perro tiene diabetes?
La detección precoz de la enfermedad es fundamental, y hay algunas pistas que deben llevarnos a pensar que nuestro perro sea diabético. Fundamentalmente, serían dos: una mayor cantidad de orina de lo habitual y, para compensar esa pérdida de líquido, un consumo de agua elevado.
Pero un perro diabético puede presentar otros síntomas, como pérdida de peso a pesar de que tenga más apetito y coma más cantidad de pienso. Cansancio, vómitos o diarreas, pérdida de visión, intolerancia al ejercicio o infecciones son también señales de alarma. Cualquiera de estos síntomas debe ser suficiente para acudir al veterinario y someter a nuestro amigo a una exhaustiva revisión.
¿Y si tiene diabetes?
La enfermedad necesita una vigilancia y unos cuidados específicos, pero con un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado, un perro diabético puede llevar una vida casi normal.
Al igual que ocurre con los humanos, la base del tratamiento será la administración de la insulina que necesita para regular sus niveles de glucosa. La cantidad y el número de inyecciones diarias dependerá de cada animal y del estado de la enfermedad. Como cada persona, cada perro diabético es diferente.
Además, también conviene que el animal realice ejercicio de manera habitual para mantenerse en forma y evitar un sobrepeso que no le beneficiará. Eso sí, debe ser siempre un ejercicio suave que pueda tolerar sin problemas, si es excesivo o muy brusco podría acarrearle problemas.
Y, por supuesto, un perro diabético necesita un estricto control médico. Es el veterinario el único que debe indicar la cantidad de insulina que necesita cada animal y realizar el seguimiento para ajustar las dosis cuando sea necesario. Cambiar la medicación o administrarla sin consejo del especialista es algo que no debemos hacer por nuestra cuenta porque podríamos provocar serios problemas a nuestra mascota.
La alimentación: la clave del bienestar
Al igual que las personas, un perro diabético debe llevar una dieta estricta que le aporte todos los nutrientes que necesita, pero eliminando todo aquello que pueda perjudicarle. Afortunadamente, hoy en día eso no supone un grave problema, ya que hay piensos y comidas preparadas especialmente para mascotas que padecen diabetes y que les permiten disfrutar de una dieta variada, equilibrada y sabrosa.
Como el sobrepeso es uno de los mayores enemigos de un perro diabético, lo primero que se debe hacer es elaborar una dieta adaptada a sus necesidades. Y la cuestión de las raciones es fundamental. Conviene controlar estrictamente las cantidades de comida que le ofrecemos. Puede parecernos duro, pero es su salud la que está en juego. A cambio, se le puede repartir su ración de alimento diario en dos o tres tomas.
¿Pero qué debe contener una dieta adecuada para un perro diabético? En primer lugar, debe ser rica en fibra, ya que ayuda a evitar el sobrepeso y a equilibrar los niveles de insulina. Pero también en este aspecto hay que tener cuidado, ya que hay alimentos que la contienen pero que pueden irritar su sistema digestivo.
Además, conviene que en la dieta del perro diabético se reduzcan de manera considerable los carbohidratos y la sal y se eliminen por completo los azúcares. A cambio, hay que incrementar el aporte de vitaminas, especialmente B6, C y E.
Con unos cuidados básicos y grandes dosis de cariño, un perro diabético puede tener prácticamente la misma calidad de vida que uno sano. Si te preocupa la salud de tu mejor amigo, Pienso Profine te ofrece una amplia gama de productos de alimentación para que puedas elegir el que mejor se adapta a sus necesidades nutricionales.